Después de todo lo dicho hasta aquí, y que
trataba de concienciarnos sobre la necesidad de embarcarnos en un proceso serio
de evangelización en la situación presente, en toda su hondura, y con todas sus
condiciones, creemos que no podemos concluir sin señalar unas líneas operativas
contando con nuestra realidad.
1. Debe haber un proyecto global a largo
plazo, que plantee de fondo e indique plazos a seguir, en nuestras diócesis
para hacer confluir toda la pastoral hacia la Evangelización.
2. Éste proyecto y los planes que lo
concreten debe ser elaborado, discernido, asumido y revisado por todos los
diocesanos.
3. Dicho proyecto lo comprendemos en tres
fases muy definidas:
1ª) fase de concienciación y estimulo
centrada en el anuncio y eminentemente cristocéntrica. Descubrimiento del
Hombre Nuevo.
2ª) fase de profundización eminentemente
catecumenal, centrada en el hombre nuevo situado en su realidad: familia,
trabajo, dinero, sexualidad, política, etc. Realización del mismo en sus
relaciones.
3ª) fase de construcción de la comunidad,
centrada en la Iglesia y su realización en la comunidad concreta. Realización
de una comunidad parroquial concreta.
4. La finalidad del proyecto no es sola ni
principalmente lograr la conversión individual, sino la creación de comunidades
parroquiales con personas convertidas, hasta lograr que en cada parroquia haya
una comunidad que asuma la evangelización de su lugar.
5. Si lo que debe intentar el plan es
fomentar la creación de auténticas comunidades cristianas, lógicamente, las
tres fases han de llevarse a cabo comunitariamente, y por personas que tengan
una buena experiencia comunitaria en parroquias.
6. Queremos que se comprenda que debemos
trabajar el largo el plazo pues es capaz de estructurar la realidad. El corto
plazo nos llevaría solo a poner parches. Dicho esto, creemos que un plan así
podría ir logrando una evangelización seria, que responda a o que a lo largo
del escrito se ha dicho: que en el hombre de hoy ocurra lo que aconteció en los
que oyeron, vieron, y palparon al Verbo de Vida.
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