Otras veces su
ira se traduce en comprensión
Así obra con los discípulos, que no entendiéndole, les explica aparte el
significado de las parábolas, mientras que no lo hace con la gente. ¿Por qué?
Los discípulos son dichosos: “dichosos en
cambio vuestros ojos porque ven y vuestros oídos porque oyen” (Mt. 12, 16-17). A las gente “les habla en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni
entender”, “porque está embotada la mente de este pueblo” (Is. 6, 9-10). Si les hablara con toda claridad tendría un rechazo
total de una gente dominada por una mentalidad fanática que les ha creado la institución judía. La parábola
permite ir descubriendo algo de lo que veladamente enseña. Así puede ir
disponiendo para ver y entender la totalidad de lo que quiere enseñar. Para
ello hay también que evitar el ver la mota en el ojo ajeno quitando la viga del
propio (Lc. 6, 41-42).
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