martes, 2 de abril de 2013

II.- Jesús también mira (3f4)


Otras veces mira con fijeza
Sus mismos enemigos reconocen que Él no se fija en apariencias (Mt. 22, 16), fija la mirada buscando siempre el interior de la persona o grupo y su respuesta.
Así se le quedó mirando a Pedro (Jn. 1, 42) en su presentación, no fue un simple verle y saludarle. No. La fijeza en la mirada buscaba su respuesta que fue su seguimiento.
También “se les quedó mirando” a los letrados y sumos sacerdotes (Lc. 20, 17) (1). Esa mirada con esa fijeza estaba buscando en el interior de ellos la comprensión de la parábola que acababa de contarles aplicándose su denuncia y enseñanza. Es una mirada que se clava porque ellos, al darse por aludidos, “dándose cuenta de que la parábola iba por ellos, intentaron echarle mano en aquel mismo momento(Lc. 20, 19).
Otras veces es como un desafío, “echando en torno una mirada a todos(Lc. 6, 10) cura en sábado sabiendo “que los letrados y fariseos estaban al acecho” Para Él estaba primero la persona de quien tenía el brazo atrofiado. Lo que provoca que “se pusieran furiosos y discutían que podrían hacer con Jesús”. Les desafía con la mirada porque ellos están a favor de sus intereses y no a favor del hombre.
Alguno pide incluso “que se fije” –que mire, que atienda según otras traducciones- en un muchacho epiléptico que necesita su ayuda y es el hijo único de su padre. Que le mire. Con la mirada va la atención al que la necesita (Lc. 9, 38).
También Él pide a los demás que se fijen, que pongan toda su atención a cuando sucedan estas cosas –las señales de su venida gloriosa- como se fijan en la higuera o cualquier árbol “cuando echan brotes, os basta verlos para saber que el verano está cerca. Pues lo mismo: cuando veáis vosotros que sucedan estas cosas, sabed que está cerca el Reinado de Dios(Lc. 21, 30-31).

(1) Otras biblias traducen “clavando en ellos la mirada”. (Biblia de Jerusalén). “Mirándolos fijamente” (Casa de la Biblia).


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