domingo, 3 de julio de 2011

XIV.- EL CRUCIFICADO (Jn. 19, 18. 19-22)






Fue alzado en alto y sujetado al poste, luego le clavaron los pies. Él lo había dicho varias veces, refiriéndose a la Hora, que "cuando fuera alzado en alto todo lo atraería hacia El" (Jn. 12,32).Ya está en alto, en una cruz y sobre un montículo llamado de la Calavera. Desde lo alto, que es su ámbito porque es "de arriba", ya ha comenzado a destrozar la muerte. Aparentemente el odio del mundo con sus secuaces parece llevar la ventaja pero realmente “es el crucificado el que es exaltado como juez poderoso y el mundo el juzgado como reo” (prefacio de la pasión). Jesús, sin que puedan ni imaginárselo ‑son del régimen "de abajo" ­- ha sido entronizado. La cruz, que ellos conciben como tormento de malhechores, Él la ha convertido en el trono de su gloria. Por fin va a entregar efectivamente su vida, lo que va a permitir la manifestación de su gloria ‑esplendor del amor‑ que, al mostrar la calidad del mismo, revelará a todos los hombres la verdad del amor infinito del Padre.

Esto ya ha comenzado. Juan lo ha visto en los dos crucificados con Él. No dice de ellos que sean malhechores o bandidos como los demás evangelios, ni los identifica de alguna manera. Lo cual nos hace suponer que los utiliza como símbolos de todos los seguidores fieles que, identificados con Él, su amor los lleva hasta dar la vida. Levantado en alto ha comenzado a tirar de ellos hacia sí hasta la cumbre de la entrega.

También los soldados han colocado en el madero la tablilla donde está escrita la causa de la condena: “Jesús el Nazareno, el rey de los judíos” (Jn. 19,19). Esta escrito en las lenguas universales de entonces, con lo que expresa que el rey de los judíos es el salvador del mundo entero. Todos serán atraídos hacia el que ha sido levantado en alto. El letrero molesta a los dirigentes del régimen pues afirma lo que ellos negaron optando por el Cesar. Pilato responde: “lo que he escrito, escrito lo dejo” (Jn. 19, 2l). Es decir, lo escrito es definitivo. Fue un oráculo. La cruz será en adelante el libro definitivo, la Escritura que hay que leer y a la que hay que atenerse, porque es en ella y sólo en ella, donde se está revelando el amor definitivo del Padre.

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