domingo, 22 de mayo de 2011

2.XII.- ¿Acompañarle después de Misa?


Sorprende que haya fieles que protesten al ver que una mayoría de los que han asistido a la celebración no se quedan, al acabar, orando o dando gracias en el templo. Incluso critican al sacerdote que no lo hace. No hay que objetar nada contra esa piadosa costumbre pero sí molesta que se quiera imponer a todos como lo auténtico, lo que se debe hacer. Ciertamente tendríamos que estar dando gracias siempre -ora comáis, ora bebáis que escribió san Pablo (1ª Cor 10, 31)- por el amor entrañable de Dios para con todos, por todo lo que ha hecho y hace, por su misericordia sin limites... Si le damos gracias por el comer y el beber, por el ocaso y la noche, por la aurora y el amanecer de cada nuevo día ¿como no vamos a dar gracias a Dios por la Eucaristía, síntesis sacramental del Misterio de Cristo, muerto y resucitado, fuente y meta de toda evangelización y centro de toda la vida cristiana?. Toda la Misa es acción de gracias -es eucaristía- como su nombre indica. Quedarse después, prolongando de forma individual, esa acción de gracias sacramental, es una opción libre. Unos se quedan porque tienen tiempo además de ganas, otros no lo tienen. Unos entienden que se debe prolongar en el templo de forma individual, otros creen que donde hay que prolongarla es con los demás y fuera que es donde está la verificación de lo vivido en el templo. Entienden que el estar con los demás, en su familia, su profesión, sus tareas es también forma de prolongar la acción de gracias. Suelen tener también, una concepción más comunitaria de la celebración con un antes y un después que también son comunitarios, concibiendo el mismo templo no solo como lugar de oración personal sino también, especialmente el domingo, como el espacio de encuentro de todos los miembros de la comunidad que expresa su comunión -vivida sacramentalmente en la celebración - también en la acogida, el saludo, el interés real de unos por otros, etc. Son formas distintas de concebir las cosas ambas respetables y, por tanto, no debe imponerse una sobre otra.

1 comentario:

FRANCIS SAVIN CASTRO dijo...

COMO USTED CREO QUE TODA LA EUCARISTÍA ES UNA "ACCIÓN DE GRACIAS" Y SOBRE QUEDARSE O NO, AL FINALIZAR LA SANTA MISA, ME PARECE QUE EL HACERLO ES "CUESTIÓN DE AMOR" SOLO AQUELLOS QUE LO AMAN VERDADERAMENTE O DESEAN AMARLO MÁS SE QUEDAN ACOMPAÑANDO Y AGRADECIENDO AL QUE DIÓ LA VIDA POR NOSOTROS..¿ DE DONDE ENTONCES PODEMOS TOMAR FUERZA Y VALOR PARA SALIR AL MUNDO Y PODER COMPARTIR CON LOS DEMÁS? A JESÚS HAY QUE COMERLO,Y ESTAR CON EL, A SUS PIES TODO EL TIEMPO POSIBLE..¿ENTONCES PARA QUE SE QUEDÓ EN EL SAGRARIO? ES MUY SENCILLO,EL QUE AMA SIEMPRE QUIERE ESTAR CON EL AMADO, NO SE VALE DECIR QUE NO TENEMOS GANAS DE ESTAR CON CON ÉL, SOMOS O NO SOMOS.