viernes, 25 de febrero de 2011

39ª Pregunta: ¿Qué es eso de verdad?

1º.- Quién la hace y por qué 

Es de nuevo Pilato, en la misma conversación-interrogatorio con Jesús, en el interior de su residencia, sin la presencia de los acusadores que quieren a todo trance su muerte. Es un Pilato cada vez más desorientado y, al mismo tiempo, más desentendido del litigio según va desvelando Jesús las características de su realeza. 

La pregunta la causa el recurso de Jesús a la verdad para explicitar su condición real y la característica principal de su reino. La hace en un tono un tanto despectivo; como si dijera ¿y a mí que me importa ahora la verdad? Lo dice desentendiéndose del asunto, de hecho no espera respuesta alguna de Jesús, dicho esto, salió de nuevo a donde estaban las autoridades judías y les dijo: “yo no encuentro ningún cargo contra Él” (18,38).

Refleja el escepticismo de éste hombre que no sólo desconoce qué es la verdad, sino a qué se refiere Jesús con éste término. Pero no hace nada por descubrirlo pues ni siquiera espera a que Jesús le conteste. Él pertenece al "orden éste" por eso "no escucha su voz “, "todo el que pertenece a la verdad escucha su voz" (18,37). Realmente no le interesa la verdad de la que Jesús habla y que, si la conociera, le haría resolver de otro modo el asunto. 

2º.- Qué revela y provoca 

La actitud consecuente con la pregunta está manifestando de una forma explícita que la verdad para él es que Jesús es inocente. Se lo han presentado como un malhechor, enemigo de los romanos, y él ve que ni es malhechor, ni que se oponga al poder establecido por los romanos. A él no le interesa la verdad de la que habla Jesús pero sí manifiesta que no es culpable de lo que le acusan. Esta es su verdad.

Confesada la inocencia de Jesús - "yo no encuentro ningún cargo contra Él”- recurre a un subterfugio, la liberación de un preso que solía hacerse con motivo de la pascua. Son los dirigentes judíos, no Pilato, quienes nombran a uno y optan por él no por Jesús como intentaba Pilato. El evangelista dice que éste individuo era un bandido que, en su lenguaje, expresaba que era violento y homicida. Esta opción manifiesta el verdadero interés de los dirigentes, que es el odio a Jesús, porque amenaza todos sus intereses aunque traten de camuflarlo con otras razones. Están ciegos en su odio y sordos ante la verdad, ellos se deben al padre de la mentira que lo es también de la violencia, de aquí la opción por Barrabás.

Las expresiones de Jesús iban por otro camino. Él se manifestó como el que ha nacido y venido al mundo para dar testimonio de la verdad. ¿A qué verdad se refiere que Pilato no es capaz ni de interesarse por ella? Él no se ha interesado por Jesús, por su persona, si lo hubiera hecho habría descubierto que Jesús cuando habla de la verdad se está refiriendo a Él mismo. Porque la verdad no es otra que el amor que Dios tiene a los hombres, que es de lo que da testimonio con su palabra y su vida. Él es el testigo fiel de ese amor leal: "el amor y la lealtad se hicieron realidad en Jesús, el Mesías. A Dios nadie lo ha visto jamás; es el Hijo único, que es Dios y está al lado del Padre, quién lo ha explicado" (1,17-18). Esta es la verdad de la que da testimonio y para lo que ha nacido Jesús, Él es la verdad. 

3º.- La respuesta de Jesús 

No hay respuesta de Jesús con palabras, de hecho Pilato no se espera para oírlas. Pero esto no quiere decir que no la haya. La hay con un silencio estremecedor frente al estrépito de fuera a donde sale el procurador. Con él está dando el testimonio que constituye su vida y su misión. Es el testimonio de la Verdad. Esta Verdad callando habla y, en silencio, grita. Está manifestando hasta que extremo ama Dios al hombre. Amor que soporta la traición y el odio y los convierte en vehículo de salvación de los cobardes, los indiferentes y los verdugos. Porque no es el suyo un amor absorbente o que mire hacia sí mismo sino expansivo, siempre dándose y comunicándose. Que viene marcado por la lealtad -fidelidad que no se echa atrás nunca, que es siempre fiel, es ella la verdad del amor. 

Su silencio muestra como Jesús va despojándose de toda grandeza que pueda confundir su realeza con las de este mundo. Callar, mantener la dignidad, guardar silencio en medio del atropello, responder desde la serenidad de quién sabe que, aunque odiado por el orden éste, tiene toda la razón que acompaña a la Verdad. Se despoja de todo lo que este orden valora, se desprende de lo que realmente no responde a su testimonio. Como va mostrando el evangelista, Jesús se somete a lo que con Él están haciendo, con una serenidad que llama la atención. Para ellos es una burla de Jesús lo que hacen y para Jesús también, no de Él, sino de los poderes y realezas de éste mundo. Sometiéndose a ella se está sumando a la burla: corona de espinos, manto púrpura.... Es la manifestación de la ridiculez del "orden éste" y de lo que valora. Conforme lo van despojando de la falsa dignidad real, va apareciendo su verdadera grandeza: es el Hombre, el portador del amor leal que va a mostrar la verdadera grandeza, la que por amor da la vida. 

4º.- Quién haría hoy esta pregunta 

Son muchos los que hoy preguntan como Pilato, un tanto despectivamente ¿qué es eso de verdad?. La razón está en que han relativizado de tal forma todo lo real que no reconocen ninguna verdad objetiva. Es verdad lo que yo quiero que lo sea, o mi grupo, o mi partido. La verdad para ellos es una construcción subjetiva. Es de tal calibre el subjetivismo y relativismo reinantes que al recurrir al valor objetivo de la verdad a unos les resulta irrisorio, a muchos extraño y otros lo rechazan de plano porque creen que admitirlo supondría tener que someterse a ella lo que les resulta intolerable porque se perdería la libertad.

Otros se quedan desorientados ante la presentación parcial que muchos hacen de Jesús. Sobre todo porque les cuesta reconocer en Él al Hombre. Este Hombre, así, tal y como lo presenta Pilato -pospuesto a un bandido, azotado, coronado de espinos, ridiculizado- está mostrando qué es ser hombre y cómo se llega a serlo. Uno es hombre, no solamente porque tiene una naturaleza humana, sino cuando en él se realiza el plan que Dios tiene desde el principio sobre él, es decir, cuando es hombre como Dios su Creador ha querido que lo sea. ¿Y cómo ha querido Dios que lo sea? Respondiendo de su humanidad y de la de los demás, es decir, uno se hace verdaderamente hombre, cuando por amor carga con los demás hasta la muerte. Esto es lo que la Verdad está gritando desde cualquier crucifijo. Es así como nos revela quién es el hombre y cómo se hace uno hombre. Reducir la humanidad de Jesús a otras cosas es presentarlo parcialmente. Es en éste Hombre donde el Padre ha realizado la plenitud de su plan, donde ha terminado la creación del Hombre a su imagen y semejanza (Gen.1,26). 

También hacen esta pregunta, quienes se sienten insatisfechos porque lo que ésta sociedad, con estruendo de medios, les está ofreciendo como verdades y valores incuestionables, hasta les aburre. Les produce tal hartazgo ver nimiedades elevadas a categoría de dogmas, la tergiversación de aspiraciones, de mentiras elevadas a verdades, de tonterías y bobadas bombardeándolos a todas horas y silenciando las cosas verdaderamente importantes, que espontáneamente se hacen la pregunta ¿qué es eso de verdad? Porque la desconocen y ya no saben a qué atenerse. Pero son incapaces de romper la presión que ejerce la sociedad con sus medios y siguen, aunque insatisfechos, alimentándose de falsas verdades y siguiendo por los caminos que ésta les marca aunque sea el de las mulas de reata.

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